El caso ODEBRECHT (¿y eso qué tiene que ver con el MBA?)

La corrupción, las coimas, hacer trampa, copiar un texto y hacerlo tuyo, y las actividades ilegales son lamentablemente una de las características más resaltantes de nuestra sociedad. Muchas personas se han acostumbrado a eso y a veces lo toman como algo natural.

Pues cuando vayas a estudiar y vivir en el extranjero, existe tolerancia cero a cualquier actividad ilegal e inmoral.

En muchos MBAs, por ejemplo, una de las primeras actividades es firmar un código de honor (o algo parecido). En él se acuerda que todo lo que vas a hacer, estudiar, escribir, etc., es de tu autoría.

De hecho, antes de ser admitido oficialmente a un MBA Top, una empresa va a revisar que todo lo que has presentado en tu aplicación es verdadero y legitimo.

En el mundo desarrollado, creen en ti y sí te dan el beneficio de la duda.  
Recuerdo muchas veces cómo en los exámenes los profesores repartían las pruebas y simplemente se iban a sus oficinas. Si terminabas antes del tiempo, dejabas tu examen encima de la mesa del salón y te retirabas. Luego, al final del tiempo estipulado, el profesor venía y recogía las pruebas.  A mi nunca se paso por la cabeza sacar un papelito con fórmulas subrepticiamente.

Pero, eso sí, a la primera que se te descubra algo: perdiste… y mal. Recuerdo cómo a un conocido lo expulsaron inmediatamente cuando se descubrió que un trabajo se lo había copiado de una tesis de PhD. Adiós sueño americano, inversión, desarrollo profesional, etc.

También los comités de admisión detectan cuando algo que cuentas es verdad o es todo mentira; si de verdad tienes la experiencia que dices tener, si de verdad tienes las recomendaciones que dices tener y los casos de éxito que dices lograr.

Finalmente, ser honesto es un buen negocio a largo plazo y se convierte en uno de tus activos más importantes. ¡Sé honesto, ahora y siempre!